2/4/10

Interrail: Belgrado, Sofía y Estambul

Me da rabia no haber escrito un diario durante el viaje. Tuvimos tantas experiencias, buenas, malas, risas, momentos de tensión. Me gustaría guardarlos todos y poder leerlo de vez en cuando. En cambio, he hecho tantas fotos, que realmente cuando miro una, ésta me induce todos los momentos vividos, me recuerda lo que estaba pasando antes, durante y después de la foto.
Una semana entera de experiencias diferentes, de roce con otras culturas, otras costumbres, otra gente.
Los países del Este no tienen nada que ver con nosotros, es genial la sensación de estar con ellos y mirarlos, simplemente sentarte en una terraza y mirarlos pasar, hablar, reír. Al final de todo, todos somos iguales dentro de nuestras diferencias.

Gente feliz. Cuando veía esa gente feliz, siempre me venía a la cabeza la canción Shiny happy people. no hay otra igual. Quiero ir por la calle y que otras personas piensen eso de mí, aunque soy consciente de que siempre voy con cara de perro gruñón aunque no esté enfadada. Hasta ha habido veces que un abuelito me ha parado y me ha dicho "alegra esa cara!".
Pero es cierto también, que cuando camino por Berlín o voy en el U-Bahn y S-Bahn, sonrío. Sonrío cuando veo mi Berlín.
Sonrío en Belgrado cuando veo a la gente sonreír y pasear.
Sonrío en Sofía, en Estambul viendo a los niños correr y pescar, y a los abuelitos dandose la mano.
Sonrío porque amo a las personas, y se que queda de loca de la vida, pero amo a la humanidad, amo las caras de la gente, sus expresiones, imaginar qué estarán pensando.
Amo a los desconocidos, de hecho creo que me fijo más en sus facciones y expresiones que en las de mis propios amigos.
Y no me gusta eso, quiero conocer cada esquina de mis amigos, cada rincón secreto, quiero descubrirlos porque las personas somos maravillosas, porque tenemos algo que no tiene nadie más en el mundo, somos especiales, todos.
A veces me da rabia ver que la gente no siente lo que siento yo. Me gustaría compartir esa afición de observar a la gente, de fotografiarles, de imaginar. Me gustaría sentarme y compartirlo con alguien, compartir esas impresiones que nos pueden dar a cada uno, porque hasta ahí encontraría diferencias.

Algo muy curioso que encontré en las tres ciudades fue, que la gente cuando la miras y te miran, no apartan la mirada. Es genial, porque algunos acaban sonriéndote o haciéndote alguna mueca, y eso me parece maravilloso, es una manera de interactuar con desconocidos permaneciendo en el anonimato. Normalmente la gente en cuanto te mira y ve que le miras, o bien tú apartas la mirada, o bien la apartan ellos. Y allí, se mantenía hasta que salía una sonrisa.

Me encantó jugar con ellos.



1 comentario: