22/4/10

Pensión Compleja

Antes que nada, perdona si huele un poco a cerrado, hacía mucho tiempo que nadie se alojaba aquí, y menos aún con la intención de quedarse.
Ábreme bien de puertas y ventanas. Que corra el aire, que entre tu luz, que pinten algo los colores, que a este azul se le suba el rojo, que hoy nos vamos a poner moraos. Y hablando de ponerse, vete poniendo cómoda, que estás en tu casa. Yo, por mi parte, lo he dejado todo dispuesto para que no quieras mudarte ya más.
Puedes dejar tus cosas aquí, entre los años que te busqué y los que te pienso seguir encontrando. Los primeros están llenos de errores, los segundos, teñidos de ganas de no equivocarme otra vez.


El espacio es tan acogedor como me permite mi honestidad. Ni muy pequeño como para sentirse incómodo, ni demasiado grande como para meter mentiras.
Mis recuerdos, los dejé todos esparcidos por ahí, en cajas de zapatos gastados y cansados de merodear por vidas ajenas. No pises aún, que está fregado con lágrimas recientes, y podrías resbalar. Yo te aviso.


El interruptor general de corriente está conectado a cada una de tus sonrisas. Intenta administrarlas bien y no reírte demasiado a carcajadas, no vayas a fundirlo de sopetón.
No sé si te lo había comentado antes, pero la estufa la pones tú. Y hablando del tema, he intentado que la temperatura del agua siempre estuviera a tu gusto, pero si de vez en cuando notas un jarro de agua fría, eso es que se me ha ido la mano con el calentador. Sal y vuelve a entrar pasados unos minutos. Discúlpame si es la única solución, es lo que tenemos los de la vieja escuela, que a estas alturas ya no nos fabrican ni los recambios.


Tampoco acaba de funcionarme bien la lavadora. Hay cosas del pasado que necesitarán más de un lavado, es inevitable. Y hay cosas del futuro que, como es normal, se acabarán gastando de tanto lavarlas. La recomendación, ensuciarse a su ritmo y en su grado justo. Eso sí, no te preocupes por lo que pase con las sábanas, que las mías lo aguantan todo.
Para a acabar, te he dejado un baño de princesa, una cama de bella durmiente, un sofá de puta de lujo y algo de pollo hecho en la nevera. Para que los disfrutes a tu gusto, eso sí, siempre que sigas reservando el derecho de admisión. Aquí no vienes a rendir cuentas, sino a rendirte tú.


Aquí no vienes a competir con nadie, sino a compartirte a mí. Y lo de dar explicaciones, para el señor Stevenson. El resto, no sé, supongo que está todo por hacer. Encontrarás que sobra algún tabique emocional, que falta alguna neurona por amueblar, y que echas de menos, sobre todo al principio, alguna reforma en fachada y estructura. Dime que tienes toda la vida, y voy pidiendo presupuestos. Dime que intentaremos toda una vida, e iré encofrando mis nunca más.


Risto Mejide

10/4/10

Oliverio Girondo: 12.


Se miran, se presienten, se desean,
se acarician, se besan, se desnudan,
se respiran, se acuestan, se olfatean,
se penetran, se chupan, se demudan,
se adormecen, despiertan, se iluminan,
se codician, se palpan, se fascinan,
se mastican, se gustan, se babean,
se confunden, se acoplan, se disgregan,
se aletargan, fallecen, se reintegran,
se distienden, se enarcan, se menean,
se retuercen, se estiran, se caldean,
se estrangunlan, se aprietan, se estremecen,
se tantean, se juntan, desfallecen,
se repelen, se enervan, se apetecen,
se acometen, se enlazan, se entrechocan,
se agazapan, se apresan, se dislocan,
se perforan, se incrustan, se acribillan,
se remachan, se injertan, se atornillan,
se desmayan, reviven, resplandecen,
se contemplan, se inflaman, se enloquecen,
se derriten, se sueldan, se calcinan,
se desgarran, se muerden, se asesinan,
resucitan, se buscan, se refriegan,
se rehúyen, se evaden y se entregan.

5/4/10

*

dreams are not negotiable.

2/4/10

Estambul (Turquía)



























Sofia (Bulgaria)






Beograd (Serbia)














Interrail: Belgrado, Sofía y Estambul

Me da rabia no haber escrito un diario durante el viaje. Tuvimos tantas experiencias, buenas, malas, risas, momentos de tensión. Me gustaría guardarlos todos y poder leerlo de vez en cuando. En cambio, he hecho tantas fotos, que realmente cuando miro una, ésta me induce todos los momentos vividos, me recuerda lo que estaba pasando antes, durante y después de la foto.
Una semana entera de experiencias diferentes, de roce con otras culturas, otras costumbres, otra gente.
Los países del Este no tienen nada que ver con nosotros, es genial la sensación de estar con ellos y mirarlos, simplemente sentarte en una terraza y mirarlos pasar, hablar, reír. Al final de todo, todos somos iguales dentro de nuestras diferencias.

Gente feliz. Cuando veía esa gente feliz, siempre me venía a la cabeza la canción Shiny happy people. no hay otra igual. Quiero ir por la calle y que otras personas piensen eso de mí, aunque soy consciente de que siempre voy con cara de perro gruñón aunque no esté enfadada. Hasta ha habido veces que un abuelito me ha parado y me ha dicho "alegra esa cara!".
Pero es cierto también, que cuando camino por Berlín o voy en el U-Bahn y S-Bahn, sonrío. Sonrío cuando veo mi Berlín.
Sonrío en Belgrado cuando veo a la gente sonreír y pasear.
Sonrío en Sofía, en Estambul viendo a los niños correr y pescar, y a los abuelitos dandose la mano.
Sonrío porque amo a las personas, y se que queda de loca de la vida, pero amo a la humanidad, amo las caras de la gente, sus expresiones, imaginar qué estarán pensando.
Amo a los desconocidos, de hecho creo que me fijo más en sus facciones y expresiones que en las de mis propios amigos.
Y no me gusta eso, quiero conocer cada esquina de mis amigos, cada rincón secreto, quiero descubrirlos porque las personas somos maravillosas, porque tenemos algo que no tiene nadie más en el mundo, somos especiales, todos.
A veces me da rabia ver que la gente no siente lo que siento yo. Me gustaría compartir esa afición de observar a la gente, de fotografiarles, de imaginar. Me gustaría sentarme y compartirlo con alguien, compartir esas impresiones que nos pueden dar a cada uno, porque hasta ahí encontraría diferencias.

Algo muy curioso que encontré en las tres ciudades fue, que la gente cuando la miras y te miran, no apartan la mirada. Es genial, porque algunos acaban sonriéndote o haciéndote alguna mueca, y eso me parece maravilloso, es una manera de interactuar con desconocidos permaneciendo en el anonimato. Normalmente la gente en cuanto te mira y ve que le miras, o bien tú apartas la mirada, o bien la apartan ellos. Y allí, se mantenía hasta que salía una sonrisa.

Me encantó jugar con ellos.