Lo siento...ya no tiene corazón!

No lo soporta más, no puede más. Quiere gritar y sentirse fuera de sí.
Quiere salir de ese cuerpo y esa mente que le oprimen.
Necesita un equilibrio diferente, ese que nadie le da ni ella podrá encontrar. No quiere más esa montaña rusa de sentimientos. Sube. Baja. Sube. Baja. Baja más. Y más.
Se repite, no avanza, se entierra, se para, se encierra.
A veces tranquila, sin pensar demasiado; otras en cambio vuelve a esa oscuridad. Y cada vez que cae le cuesta mas levantarse.
Le pesa la mano en el intento de sujetar el lápiz para poder expresar algo que concuerde con esa tormenta.
Solo tiene ganas de gritar y de desaparecer cuando nadie le vea. Y que su ausencia sea imperceptible para todos menos para alguien.
Uno de sus días empezó a pensar que no tiene corazón-emocional. Tiene un músculo con el que vive, y un cerebro con el que piensa. No nació con un corazón que regalar, y mucho menos con un corazón para anhelar.
Y si no tiene corazón, todo debería ser más fácil, ¿no?.
Pero la mente es más fuerte y yo acaba con ella día a día.
Necesita que le hagan sentir que existe, que es, que está, que respira, que aún sigue viva. Le rompieron y robaron todo cuanto tenía, se quedó completamente vacía.

Y son demasiados pedazos perdidos.